Todos
pagamos un precio por nuestra sociedad industrializada y la
contaminación por ruido que conlleva implícita. Por un lado en calidad
ambiental, por otro en dinero (aislantes en viviendas y pantallas
acústicas, etc.), pero el precio más importante es la factura que
pagamos en salud tanto económica como física.
El ruido afecta a la salud, particularmente al sueño. Son millones de personas las que no pueden disfrutar de su derecho al descanso. Y por falta de sueño, por consiguiente, de un día pleno, alerta y productivo.
Pero ¿qué es la salud? La definición tradicional es la ausencia de enfermedades. La OMS añade los conceptos de salud psíquica y protección de la personalidad humana. Añade un estado de bienestar y la necesidad de prevenir la enfermedad y no solo esperar que ataque. En cualquier caso es aquel estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones.
Cuando el sueño se ve interrumpido ya sea completa o parcialmente, dichas funciones no podrán ser ejercidas con normalidad. La persona que no duerme apropiadamente tendrá inevitablemente una serie de trastornos que deterioran su calidad de vida.
El sueño es absolutamente indispensable para la vida del ser humano. Dormir, igual que respirar o comer, es una necesidad vital. Tiene una función restauradora y reparadora del cuerpo humano, particularmente del cerebro. Los sistemas fisiológicos más importantes de nuestro organismo, como la actividad cardiaca, la secreción de hormonas o el sistema inmunitario, están influidos por el sueño. Durante las horas de sueño se fabrican intensamente nuevas células, sobre todo de la sangre y de la piel. De ahí la importancia de dormir un número mínimo de horas diarias. Por un lado es necesario un número de horas, aproximadamente 8 como media, y por otro lado una calidad en el mismo, o sea que no sea interrumpido bajo ningún concepto, para ser beneficioso. El sueño consta de una serie de ciclos que en total suman unas 8h que deben cumplirse en su totalidad para que el sueño desempeñe su función restauradora.
Sin embargo la contaminación por ruido perturba las etapas del sueño, evitando llegar o extrayendo del sueño profundo, aún con ruidos de baja intensidad. Algunas fuentes recomiendan que a los interiores de los dormitorios no deberían acceder ruidos superiores a 30-35dB, pero con demasiada frecuencia los ruidos de la calle o vecinos los superan. Incluso los equipos de aire acondicionado normalmente son superiores.
El ruido afecta a la salud, particularmente al sueño. Son millones de personas las que no pueden disfrutar de su derecho al descanso. Y por falta de sueño, por consiguiente, de un día pleno, alerta y productivo.
Pero ¿qué es la salud? La definición tradicional es la ausencia de enfermedades. La OMS añade los conceptos de salud psíquica y protección de la personalidad humana. Añade un estado de bienestar y la necesidad de prevenir la enfermedad y no solo esperar que ataque. En cualquier caso es aquel estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones.
Cuando el sueño se ve interrumpido ya sea completa o parcialmente, dichas funciones no podrán ser ejercidas con normalidad. La persona que no duerme apropiadamente tendrá inevitablemente una serie de trastornos que deterioran su calidad de vida.
El sueño es absolutamente indispensable para la vida del ser humano. Dormir, igual que respirar o comer, es una necesidad vital. Tiene una función restauradora y reparadora del cuerpo humano, particularmente del cerebro. Los sistemas fisiológicos más importantes de nuestro organismo, como la actividad cardiaca, la secreción de hormonas o el sistema inmunitario, están influidos por el sueño. Durante las horas de sueño se fabrican intensamente nuevas células, sobre todo de la sangre y de la piel. De ahí la importancia de dormir un número mínimo de horas diarias. Por un lado es necesario un número de horas, aproximadamente 8 como media, y por otro lado una calidad en el mismo, o sea que no sea interrumpido bajo ningún concepto, para ser beneficioso. El sueño consta de una serie de ciclos que en total suman unas 8h que deben cumplirse en su totalidad para que el sueño desempeñe su función restauradora.
Sin embargo la contaminación por ruido perturba las etapas del sueño, evitando llegar o extrayendo del sueño profundo, aún con ruidos de baja intensidad. Algunas fuentes recomiendan que a los interiores de los dormitorios no deberían acceder ruidos superiores a 30-35dB, pero con demasiada frecuencia los ruidos de la calle o vecinos los superan. Incluso los equipos de aire acondicionado normalmente son superiores.
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