martes, 18 de noviembre de 2014

Freno al ruido

http://www.elmundo.es/andalucia/2014/11/18/546af7b0268e3ec2238b456c.html

MANUEL MARTÍN MARTÍN

Actualizado: 18/11/2014 08:39 horas

DESPUÉS DE la controversia suscitada estos meses atrás por cómo regular la protección del medio ambiente urbano frente a todo lo que ocasiona molestia, daño o riesgo a las personas, por fin, desde que fuera publicada el pasado día 29 en el Boletín Oficial de la Provincia, tenemos para su aplicación la Ordenanza Municipal contra la contaminación acústica, ruidos y vibraciones.

Esta norma deroga la redactada en 2001 con sus subsiguientes cambios, pero el texto, de entrada, hace una evaluación cuando menos llamativa, por cuanto «la valoración, tras casi tres lustros de vigencia, es en general positiva, teniendo en cuenta los logros obtenidos en su aplicación durante ese período temporal», algo que es cuestionable, salvo que el texto se haya redactado en el Aljarafe.

Lógico es admitir que conciliar las demandas de las plataformas vecinales con los intereses de los hosteleros y el plan de acción (o inacción) de la Policía Local, a la que le turba reducir la contaminación acústica en las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), era asunto complejo, pero reducir la norma al juego del dominó y los dados o a comer de pie en la ventana mostrador del camarero, es una frivolidad que oculta lo que al sevillano importa: ¿La ordenanza protege o no el legítimo derecho al descanso?

Ahí está el quid de la cuestión. El gobierno municipal dice que mejora la orden anterior en muchos aspectos, pero la empeora en dos fundamentales, como son el no incluir a los veladores como emisores de ruido y el permitir que los bares con música y/o discotecas puedan colindar con las viviendas, por lo que si cunde el desánimo es porque el ciudadano colige que si su derecho al pataleo sucumbe ante el poder económico, es porque el Ayuntamiento antepone la productividad a la conciliación, la proactividad a la protección del medio ambiente.

Se objetará que la Policía Local tiene más autoridad para sancionar la 'botellona' y cerrar aquellos establecimientos que provocan molestias a los vecinos, o que ya se podrá retirar el sonómetro de la mesita de noche, pero la ordenanza no regula el ruido provocado por los veladores. La norma entra en vigor el próximo domingo, y si la vida descansada es transformar la agonía del griterío en el sonido sin nadie, es difícil dormir cuando la ordenanza no calla.

laazagaya@gmail.com

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