miércoles, 16 de enero de 2013

Solo 18 policías controlan el botellón los fines de semana LOS AGENTES SEVILLANOS TARDAN HASTA TRES HORAS -si es que pueden llegar a ir- EN ATENDER LOS AVISOS.

 . Los vecinos del Arenal, una de las zonas más afectadas por el ocio nocturno, están hartos de no poder dormir. Algunos, incluso, se acuestan en la cocina para no escuchar el ruido. Cada vez hay más concentraciones para beber en la calle.

20 minutos nos trae hoy esta noticia.... En fin, si preocupante era ya que los señores inspectores de medio ambiente se nieguen a a realizar las inspecciones durante la tarde o noche, porque no se le pagan las horas extras -Sr.Alcalde, ponga turnos de trabajo por favor -  ( http://www.elcorreoweb.es/sevilla/160553/control/bares/noche/festivos ) más preocupante aún es que sólo hayan 18 policías para controlar el botellón... ¿Qué es lo que ocurre? Pues sencillamente que no se quiere erradicar porque son muchos votos, así como los de todos aquellos "hosteleros" de tres  al cuarto que se están montando por toda Sevilla, sin ton ni son, pasándose las Leyes Medioambientales y Normativas por donde la espalda termina su insigne nombre y abusando a diestro y siniestro para enriquecer sus bolsillos.
Hay quién cree que beneficiar a determinados colectivos en detrimento de otros- a los que callan mediante la simple ignorancia, o  justificándolos con acciones que  se pierden  como un grano de arena en una playa - son la llave para gobernar una ciudad... Bueno, el tiempo  pone a cada uno en su lugar, y los actuales gobernantes de Sevilla algún día se darán cuenta, lo mismo es dentro de 2  años y cuatro meses. Entonces, las promesas que se ha llevado el viento, tales como la famosa policía de barrio, y la obligación de cumplir la Ley que juran cuando acceden al cargo, estarán en la memoría de todos aquellos sevillanos que pusieron su confianza en ellos para que cumpliesen el cargo que se les encomendaba, que no es otro que aquel que lo define, esto es, según  el ordenamiento jurídico,  que  considera a los políticos, elegidos o nombrados, como representantes del pueblo en el mantenimiento, la gestión y administración de los recursos públicos. Dicho ordenamiento considera que un político debe velar por el interés general de los ciudadanos y mantenerse dentro de una ética profesional de servicio al pueblo y no hacia sí mismo o un determinado colectivo. La corrupción, el populismo, la demagogia, el sectarismo y la incompetencia son males que afectan en mayor o menor medida a la clase política de la mayoría de países. Desgraciadamente en Sevilla también-.


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