Día 17/04/2013 - 08.21h
El pleno aprueba una ordenanza por la que sancionará a los jugadores de dominó en las terrazas de bares si el ruido es excesivo y a aquellos que beban o coman de pie en establecimientos de hostelería
El Ayuntamiento de Mojácar pretende acabar con los alborotos que tanto molestan a residentes y visitantes, para lo que ha aprobado una ordenanza que recoge multas que van de los 300 a los 3.000 euros.
Esta normativa reguladora de ruidos procedentes de usuarios de la vía
pública, actividades domésticas y vecinos prohibirá, por ejemplo, jugar
al dominó y a los dados en las terrazas si molesta a los ciudadanos bien
por producirse un gran bullicio o por desarrollarse a ciertas horas
nocturnas. Además, tampoco estará permitido comer o beber de pie en
chiringuitos, bares y restaurantes; o correr, saltar, patinar, taconear o
arrastras muebles en las viviendas si se altera la paz de la comunidad.
La normativa se debatía este martes en pleno y provocó que el salón de edificio consistorial estuviera a rebosar de público. La gran mayoría de los asistentes eran empresarios de la hostelería
que andan molestos con el Ayuntamiento por esta medida y por la puesta
en marcha a comienzos de año que limita su horario nocturno e impide a
todos aquellos que no tienen la preceptiva licencia poner música o hacer
actuaciones en directo. Argumentan los hosteleros que esta 'ley del silencio' les ocasionará pérdidas en sus negocios.
El Ayuntamiento, que asegura que todo lo recogido en la
normativa forma parte de las sugerencias efectuadas tanto por la
Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) como de la propia
Junta de Andalucía, si bien adaptadas a las necesidades de un municipio
turístico como es el mojaquero, no ha dejado un detalle por controlar.
La nueva normativa tampoco permitirá cantar o tocar instrumentos musicales en la calle, ni gritar o mantener conversaciones «excesivamente altas». En cuanto a las mascotas, los propietarios de aquellas que hagan ruido no podrán dejarlas solas en casa
«aunque sea temporalmente». Además, entre el 15 de julio y el 31 de
agosto quedará prohibido la ejecución de obras mayores. Y el uso de la
habitual megafonía en los municipios costeros por parte de comerciantes
tampoco estará permitido.
Para propiciar su cumplimiento, la normativa lleva aparejada una serie de sanciones económicas que, dependiendo de la gravedad de los ruidos ocasionados,
irán desde la multa mínima de 300 euros a la máxima de 3.000. No
obstante, estas restricciones no tendrán efecto durante las fiestas de
la localidad.
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